El proceso de aprendizaje depende tanto del estudiante como del docente, es decir, que comparten la responsabilidad por los resultados. Para fomentar la autonomía en el aprendizaje, el docente debe desarrollar en el alumno el sentido de la responsabilidad y también estimularlo para que tenga un rol activo en la toma de decisiones sobre su aprendizaje.
En otras palabras, el éxito en el aprendizaje depende de que el alumno tenga una actitud responsable. Pero el desarrollo de una actitud responsable en el alumno implica un cambio en la manera tradicional de enseñar por parte del docente.
Para formar alumnos responsables y autónomos es necesario estimular el desarrollo del pensamiento crítico, y el pensamiento crítico lo es porque juzga, porque decide el valor de las ideas y de las proposiciones.
El estudiante de hoy debe ser un lector por naturaleza, responsable, crítico constructivo sobre sus procesos de enseñanza y aprendizaje, competente, conocedor de las problemáticas sociales en contexto y ser un proponente para sus posibles soluciones.
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